Sería muy fácil pensar en el diseño gráfico
como en una disciplina sujeta únicamente a cuestiones artísticas o académicas,
pero también le afectan los avances tecnológicos, que introducen nuevos
procesos y conceptos para los diseñadores. Los principios del diseño son
fácilmente distinguibles en las distintas épocas, simplemente van modificándose
y refinándose por el camino.
La tecnología ha democratizado el diseño
al simplificar los procesos de producción y facilitar el acceso a las distintas
herramientas de creación. La era digital ha revolucionado el diseño, porque ha
hecho posible su producción en serie en sistemas inalámbricos o los medios
on-line.
La tecnología no solo ha cambiado los
mecanismos de trasmisión, sino el diseño en general. Con la tecnología actual,
las imágenes y los textos se manipulan más fácil y rápidamente que en el
pasado.
No obstante, existe el peligro de que el
diseño devenga una especie de amalgama donde el mensaje se pierda y se diluya
en medio de una avalancha de mensajes con los que se bombardea a la sociedad.
Los
periódicos han sido los pioneros en la aplicación de las nuevas tecnologías del
diseño, como por ejemplo la publicación en internet o la impresión en
cuatricromía.
La sociedad de consumo adopta muy
rápidamente las innovaciones tecnológicas, lo que significa que los medios
tradicionales se enfrentan continuamente a la amenaza de los distintos
desarrollos tecnológicos, como los medios digitales.
La tecnología puede constituir una
amenaza o una oportunidad, todo depende de la perspectiva que se adopte y de la
habilidad que tenga cada uno para adaptarse. Por ejemplo, en el caso de los
periódicos, a pesar de haber disminuido el número de suscriptores a las
ediciones impresas, ha aumentado el de suscriptores en línea, lo que permite a
los periódicos ofrecer a sus lectores otros servicios.
La digitación de
los tipos
En
la década de 1970, la fotocomposición aceleró el proceso de producción
tipográfica al permitir proyectar sobre un papel sensible a la luz o una
película los caracteres de una pantalla de tubos catódicos y almacenarlos
después en una memoria magnética, sobrescribirlos y editarlos. La matriz de
puntos y la tipografía digital también surgieron en esta misma época.
En la década de 1980, la aparición de los
ordenadores personales facilitó el desarrollo de las fuentes, puesto que
permiten dibujar y modificar rápidamente los caracteres y copiar fácilmente las
formas de los tipos para crear las bases de distintas letras.
PostScript -el estándar usado para la
composición digital a finales de la década de 1980- favoreció el empleo de los tipos digitales, aunque ahora está
siendo sustituido por el formato PDF (Portable Document Format).
Open Type
El formato utilizado
habitualmente para la producción de fuentes digitales es Open Type, un formato
escalable diseñado por Microsoft y adoptado por Adobe a finales de los noventa.
Con capacidad de hasta 65.536 glifos en una misma fuente, Open Type contiene
funciones tipográficas avanzadas.
La digitalización ha reducido el costo de
la tipografía, que ha pasado de ser una actividad muy costosa y especializada a
un producto de uso común. Actualmente se calcula que hay más de 100.000 fuentes
digitales, una cifra que amplía considerablemente la oferta, pero que también
dificulta la selección de la fuente deseada.
La evolución continua de la tecnología ha
permitido aumentar la velocidad y ponencia de los ordenadores y reducir la fase
de producción de las nuevas fuentes, muchas de las cueles se han ido publicando
en la revista tipográfica Fuse, lanzada en 1991 por Jon Wozencroft y Neville
Brody.
Tipos y Fuentes
Los
términos “tipo de letra” y “fuente” a menudo se emplean indistintamente, aunque
su significado es diferente. Por regla general, esta confusión universal no
suponía ningún problema, pero ahora que los tipos y fuentes comparten el mismo
ámbito de trabajo, es muy importante distinguir entre los dos conceptos.
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